La inundación de Tabasco y Chiapas de 2007, uno de los peores desastres naturales en la región, comenzó el 27 de octubre y se extendió hasta el 15 de diciembre. Villahermosa y el municipio de Ostuacán, en Chiapas, resultaron especialmente afectados por el desbordamiento de los ríos Grijalva y Usumacinta, inundando más del 80% del territorio tabasqueño. La situación se intensificó con las lluvias generadas por un frente frío y la tormenta tropical Noel, provocando un aumento significativo en los caudales de los ríos.

Complejidad hidrológica y factores de riesgo

El sistema hidrológico de Tabasco, compuesto por una vasta planicie por donde escurren los ríos Grijalva y Usumacinta, incrementa el riesgo de inundaciones. Ambos ríos, al cruzar la llanura tabasqueña, se dividen en diversos brazos como los ríos Carrizal y Samaría, convergiendo en Villahermosa. El desborde de la presa Peñitas, operada por la CFE, incrementó el nivel del río Grijalva, sumergiendo gran parte del estado y poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de la región ante fenómenos hidrometeorológicos.

Causas humanas y gestión inadecuada

Crisis hídrica en Centla y Villahermosa por desbordamiento del Grijalva

Desde el 23 de octubre de 2007, el desbordamiento del río Grijalva causó graves inundaciones en Centla y Villahermosa, con varias zonas bajo el agua. Las intensas lluvias y la liberación de agua de la presa Peñitas elevaron los niveles de los ríos, dejando amplias áreas sumergidas y provocando evacuaciones masivas.

2. Impacto ambiental y deforestación: el trasfondo de la inundación en Tabasco

La inundación de 2007 en Tabasco y Chiapas no solo fue consecuencia de lluvias extremas; la deforestación masiva en áreas cercanas al Grijalva aumentó el caudal de agua que descendió hacia Villahermosa. La pérdida de selvas tropicales redujo la capacidad de absorción de agua, intensificando la catástrofe.

3. Fallas gubernamentales y falta de prevención en el desastre de Tabasco

La tragedia de 2007 en Tabasco se asocia a deficiencias en la gestión gubernamental y falta de infraestructura. Organismos internacionales señalaron que sistemas de alerta temprana y una mejor planeación habrían podido mitigar los daños, pero omisiones y decisiones favorecieron el impacto.

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Por Cruz

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