Esta fecha fue producto de una celebración cristiana y una festividad pagana antigua

El Día de los Inocentes, celebrado el 28 de diciembre de cada año, es conocido hoy en día como una jornada de bromas y engaños. Sin embargo, su origen está profundamente enraizado en una historia trágica de la religión cristiana, que rinde homenaje a los mártires asesinados por orden del Rey Herodes en un intento por frenar la profecía del nacimiento del “Rey de los Reyes”.

El origen del Día de los Inocentes

Según los Evangelios, particularmente el relato en el libro de San Mateo, el Rey Herodes gobernaba Judea en tiempos del nacimiento de Jesús. Temiendo que el niño recién nacido le arrebataría el trono, Herodes buscó con ansias su localización tras enterarse de la profecía revelada por los Reyes Magos. Estos, después de visitar a Jesús y ofrecerle presentes, fueron advertidos por un ángel y decidieron no regresar a Herodes con la ubicación del niño. Al darse cuenta de que había sido engañado, Herodes tomó una decisión drástica: ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años en Belén, con la esperanza de eliminar al futuro rey y su amenaza a su dominio.

Este cruel acto de masacre, según la tradición cristiana, se conmemora como el Día de los Santos Inocentes, un tributo a esos niños que murieron por proteger al niño Jesús. La festividad se instauró en el siglo IV, en recuerdo de aquellos pequeños mártires que, en su sacrificio, protegieron a la figura sagrada.

La transformación hacia un festejo moderno: la tradición de las bromas

Con el paso de los siglos, especialmente durante la Edad Media, la festividad del Día de los Inocentes experimentó una fusión con celebraciones paganas como la Fiesta de Locos, celebrada en Francia como parte de los festejos previos al carnaval. Esta tradición, llena de jocosidad y humor, se asoció con el 28 de diciembre, lo que permitió que, poco a poco, la solemnidad del origen cristiano fuera desvaneciéndose en favor de una jornada de chistes y bromas.

Así, la fecha pasó a ser una ocasión para jugar bromas, donde aquellos que caían en los engaños eran llamados “inocentes”, en referencia a la inocencia de los niños asesinados por Herodes. Con el tiempo, el Día de los Inocentes adquirió una enorme popularidad, especialmente en los países de habla hispana, quienes han adaptado diversas costumbres y celebraciones.

Diversas celebraciones alrededor del mundo

En España, desde 1995, se lleva a cabo la Gala Inocente, un evento benéfico para recaudar fondos que apoyan organizaciones que trabajan con la infancia. En algunas regiones de España, como Valencia, se celebra la Fiesta de los Locos, en la cual los asistentes más jóvenes se visten y maquillan de manera extravagante, mientras que en Alicante tiene lugar el Día dels Enfarinats, una fiesta en la que grupos de personas lanzan harina y polvos entre sí, recreando el caos y la diversión del carnaval.

En México, a pesar de que la festividad ha evolucionado hacia un día de bromas, las iglesias mantienen su vinculación con los orígenes cristianos, ofreciendo misas y ofrendas en honor al Niño Jesús. En El Salvador, en la localidad de Antiguo Cuscatlán, las personas llevan canastas con imágenes de niños a la Iglesia de los Santos Niños Inocentes, para agradecer por los nacimientos. En Guatemala, también se realizan bromas a aquellos que no deseen participar o desconocen la festividad.

Así, el Día de los Inocentes, aunque conmemora una tragedia que marcó la historia cristiana, se ha transformado en una ocasión para el humor, las bromas y las celebraciones festivas, variando en sus expresiones y tradiciones a lo largo de las diferentes culturas y países.

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Por Cruz

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